En las correrias camperas podemos encontrar una grandiosa diversidad de aves, solo hay que prestar un poquito de atención, fijarnos en aquello que nos rodea, y así disfrutar de esos momentos, sintiéndonos parte de ese entorno natural.
Esta martina quiso hacerme disfrutar, estuvo en una charca junto al río, de posadero en posadero, utilizando raíces que quedaron al aire, palos cercanos a la orilla, carrizos, etc... todo aquello que le servia para poder observar a los pececillos y lanzarse una y otra vez al agua para capturarlos. Entra en el agua como una flecha e inmediatamente vuelve a volar a la rama o posadero desde el que se había lanzado, casi siempre con la presa en el pico.
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